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Grasas trans


¿Qué son las grasas trans?
Cuando se añade hidrógeno a algunos aceites vegetales, proceso llamado hidrogenación, aparecen las llamadas grasas trans.
Este proceso transforma los aceites vegetales (soja, girasol, etc.), de estado líquido a sólido, transformando parte de las grasas poliinsaturadas en grasas saturadas.

Cuando este tipo de grasas trans se incorporan a los productos se consigue que aumente la duración del producto y también se potencia el sabor.
Otra de las razones por las que en industria alimentaria se usan las grasas trans es el abaratamiento de los costes de producción con el consiguiente aumento de beneficios.

¿Por qué son perjudiciales las grasas trans?
Una dieta en la que abunden las grasas saturadas o las grasas trans puede causar muchos perjuicios al organismo:

El aumento del colesterol "malo" o LDL y la disminución del colesterol "bueno" HDL sea, posiblemente, una de las peores consecuencias del abuso en el consumo de grasas trans, aunque no es la única.
Al aumento del colesterol se suma el de los triglicéridos, lo que aumenta la posibilidad de sufrir enfermedades cardiovasculares e incluso de padecer infartos de miocardio.
Un exceso de consumo de grasas trans puede perjudicar al cerebro llegando a retrasar su crecimiento y maduración.
También pueden aumentar el riesgo de padecer diabetes del tipo dos.
¿En que alimentos se encuentran las grasas trans?
Son muchos los alimentos de cuya elaboración forman parte las grasas trans.
Debemos saber que las grasas trans aparecen en la mayoría de productos precocinados, snacks, aperitivos salados, galletas, margarinas y bollería industrial.

Hay que tener en cuenta que las grasas saturadas también pueden estar presentes en la carne y en algunos productos lácteos.
Tenemos que acostumbrarnos a leer la composición del producto pues desde el año 2006 en el etiquetado del mismo debe aparecer especificado la cantidad de grasas trans que contiene.


¿Qué podemos hacer para evitar las grasas trans?
Ante todo leer siempre el etiquetado de los productos de nuestra cesta de la compra.
También podemos desterrar de nuestra dieta los platos precocinados y repostería industrial, al hacerlo ya estamos rebajando el consumo de este tipo de grasas.
Incorporar a nuestra dieta una mayor cantidad de frutas y verdura, pues estos alimentos no contienes grasas trans.

Comer pescado con más frecuencia y reducir el consumo de carnes.
Acostumbrarnos a consumir grasas monoinsaturadas y poliinsaturadas presentes en aceites vegetales como el de oliva, de girasol, de soja, de maíz, etc. y en algunos tipos de pescado como el salmón, la barracuda, el arenque o la trucha.

¿Sabías que…?
Las grasas trans fueron fruto de la investigación para conseguir una mantequilla más barata: la margarina o "mantequilla para pobres".

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